Desde que cumplí los 20 años me propuse conocer mundo, y para eso dejé atrás todos los sueños de estudiante que mi padre tenía para mí, aunque como digo, fue mi madre la que peor lo llevó. Después de más de una década yendo de aquí para allá, no puedo decir que me arrepienta, es más, creo que volvería a hacerlo exactamente igual. No niego que a veces me he sentido solo, pero el truco es rodearse de las cosas que más nos gustan, para poder sentirnos como en casa en cualquier lado.
Eso lo he aprendido por experiencia, y si hay algo que yo nunca he dejado atrás, ha sido mi colección de porno gratis. Sí amigos, toda la pornografía que he ido recopilando a lo largo de los años siempre me acompaña en todos mis viajes. Comencé llevando toda una colección de revistas porno, esa que llamábamos "verdes", pero después las nuevas tecnología me ayudaron con la invención de los dispositivos de almacenamiento masivo o con memorias de gran capacidad, y ahora cargo con todo ello con la máxima facilidad.
No diré que no me guste el sexo en vivo con una mujer de carne y hueso, pero no me apetecía ir por ahí como un salido haciendo turismo sexual, que siempre me ha parecido de lo más patético. Por supuesto que he tenido mis encuentros sexuales por estos mundos, incluso podría presumir de ellos por la cantidad y la variedad, pero no escribo este blog para eso ni mucho menos. Mi única intención es compartir con todos vosotros las vivencias que mis viajes me han traído, y eso es sólo una parte de ellas.
La verdad es que llevar tu pornografía favorita encima es un chollo, pero el poder acceder online a ella no lo es menos. Hubo un tiempo en que me dio por las maduras xxx, algo que me cogió como novedad, y si no hubiera podido actualizar mi repertorio porno con nuevos videos gratis de ellas, pues algunas noches se me hubieran hecho muy tediosas, a no ser que encontrar mujeres mayores reales dispuestas a complacerme, cosa que a lo mejor era muy complicada en algunos países extranjeros.
Lo que sí no tuve que buscar por internet fueron historias de incesto porno, porque en muchos lugares todavía se practica eso de las relaciones incestuosas entre familiares, pues otras culturas no tienen los tabúes que caracterizan a la sociedad occidental. Es una suerte poder experimentarlas en vivo y en directo, y no digo yo que pudiera participar de ellas, pero saber que esa posibilidad existe hace que a uno le entre el gusanillo de la curiosidad. De hecho, es una de las cosas que pienso poner en práctica una vez que llegue a España a mi vuelta, pues tengo un par de primas bastante buenorras que a lo mejor se dejan convencer para hacer este experimento Ya os contaré qué tal la experiencia.
Y en fin, chavales, que es importante ir bien preparado si a uno le gusta viajar; la clave es llevar poco, pero que sea útil. Y no creo que aquí nadie me niegue que un poco de pornografía no es útil. Claro que si además podéis conseguir compañía femenina (o masculinos, según vuestros gustos sexuales), sería lo mejor de lo mejor. Eso ya queda a gusto del consumidor, por supuesto.
Y con todo esto, y mi mochila llena, iré contando mis aventuras. Dentro de poco, como digo, regresaré a casa para una temporada, y entonces estaré encantado de compartir muchas historias más, hasta pronto.